AMOR ETERNO

He subido a una montaña sin igual,
Desde donde adivino tu mirada.
Me he quedado perplejo, al contemplar
La alegría de quien siento ser mi amada.

En el halo misterioso de tu amor,
Se reflejan mis anhelos deseosos
De esconderme entre tus brazos, sin dolor,
Embriagado por tus besos, siempre hermosos.

Ahora, solos, en nuestro amanecer,
Abandonado totalmente a tu hermosura,
No me canso de impregnarme en tu querer,
Admirando, de tu rostro, la tersura.

Quedaremos, para siempre, en la montaña,
O prefieres, de nuevo, descender?
Mira bien que aquí está nuestra cabaña
Dispuesta para amar y padecer.

Solo espero, mirándote a los ojos,
Me sepas, con el alma, contestar,
Pensando que nuestro amor ya no es de un día,
Que, para siempre, con el mío, has de quedar.

Greco