Por Fin Se Puso El Sol, Cierra Tus Ojos...

DE GREDA MOLDEO MIS POEMAS. NO TE IMPORTE SUMERGIRTE EN MI GREDAL.

miércoles, enero 24, 2007

EL ULTIMO SUEÑO


Crepita el fuego bajo. Los sarmientos lloran y se retuercen bajo las trébedes que sujetan la vieja olla de barro, mil veces lañada. Las volutas de humo parecen querer alcanzar las nubes.
El viejo Juan, sumido en no se sabe qué recuerdos, remueve las ascuas, levantando chustas que brillan en la oscuridad.
Pero esta noche es diferente a todas. Esta noche, se siente triste y solo. No puede contener una lágrima traicionera que pugna por salir de sus ojos, gastados de haber visto tánto.
Ve cercana la hora durante tánto tiempo esperada y la aguarda, casi la desea. Los recuerdos se le amontonan en la cabeza y le pesan como losa de la que, pronto, se sentirá liberado.
Eran otros tiempos. Tiempos jóvenes en los que la ilusión, el amor, el deseo, todo llena los corazones, casi salvajes, de unos enamorados condenados a amarse hasta lo imposible.
Y fué en una de esas cálidas tardes de verano, con olor a mieses recién segadas, sentados bajo los álamos que bordean el arroyo, cuando Juan se prometió a sí mismo que, por nada del mundo, se separaría de su amada.
El tiempo fué pasando y, con él, la vida con todo su cúmulo de circunstancias. Una vida llena de momentos felices, hijos, nietos..., al final, el ocaso y muerte de su esposa y de su alma, ya que, a partir de ese momento, su existencia se convirtió en una espera constante del momento en el que poderse reunir con ella.
En esas anda el viejo Juan, sentado ante su lumbre baja, perdida la mirada en un pasado que cada vez se acerca más.
Él no quiere que lo entierren, quiere ser libre aún después de muerto, como lo fué su amada, cuyas cenizas lo andan buscando.
Quiere que tiren sus cenizas bajo esos álamos que un día sellaron su amor. Sabe que allí le espera, se lo dijo antes de morir y es llegado el momento de cumplir su promesa. Es hora de ir a su encuentro, de mezclar sus cenizas y, llevadas por el aire, vagar eternamente por no importa dónde, pero unidos para siempre.
Como el rescoldo de la lumbre baja, se apagó la vida del viejo Juan. Ahora descansa, con la placidez reflejada en su rostro. Ahora es libre.
Greco

3 Comments:

  • At 12:57 p. m., Anonymous Anónimo said…

    Gracias por añadir prosa. Si hacer que nos situemos durante un momento en el lugar o personaje que nos muestras es saber relatar realmente eres un genio.
    MLeo

     
  • At 2:19 p. m., Anonymous Anónimo said…

    que maravilla

    AHT

     
  • At 2:58 p. m., Blogger Greco said…

    MLeo, AHT, gracias por vuestra visita y vuestros comentarios. De ahora en adelante, como vereis teneis dos blogs anejos, en los que sólo hay prosa.
    Gracias de nuevo

     

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