TRISTE MAR

Está muy triste la mar,

Como nunca la había visto.

No me responde por qué

Por mucho que yo le insisto.

Está llorando la mar

Porque ve que su sirena

Marchó buscando otros mares,

En noche de luna llena.

Puedo ver lágrimas de alga

Esparcidas por la arena,

Mientras las olas y el viento

Muestran, sin cesar, su pena.

Está muy triste la mar

Porque está muerta de celos.

Nada consolarla puede,

Tampoco mitigar su duelo.

Sirenita, sirenita,

Vuelve, de nuevo, a tu mar.

Sus olas quieren besarte,

Su brisa te quiere amar.

Greco

CANSADO

Estoy cansado, me noto muy cansado
De andar y andar, siempre, por un camino
Cubierto de abrojos y maleza
Y que, al final, no tiene más destino.

Ando perdido, roto, desconcertado,
Haciéndome preguntas sin sentido,
Cuando sé que, quizá, no halle respuesta,
Cuando veo que mi tiempo es ya ído.

Cómo puedo cambiar lo que hoy es blanco,
Pareciendo, mañana, algo sombrío?
Cómo puedes rebosar hoy de alegría
Y mañana estar triste y decaído?

Estoy cansado, mis ojos no se abren,
Ya no pueden percibir ni tu color.
Sólo queda, en mi alma, el consuelo
De que nunca dejarás de ser mi amor.

Greco

CUENCA

Explosión de luz, de roca castigada por el viento,

Cuenca, altiva, te alzas con rancia galanura

Hacia un sol que pregona su hermosura

Impávida, sin ver correr el tiempo.

Esculpida entre musgos y colores,

Apareces con el rostro de una diosa,

Grácil, cual volar de mariposa,

Olores de resinas y alcanfores.

Abrazada con fuerza por tus hoces,

Te dejas mimar por tus dos ríos.

Farallones de humedad y escalofrío,

Historias de pasión que bien conoces.

Hilvanas, con agujas de tus pinos,

Collares de sabinas y romeros,

Entre cánticos de amores verdaderos,

Arropados por mil soles de oro fino.

Oh!, Cuenca, por mil dioses coronada!

Ciudad donde el vértice es locura,

Donde el tiempo paró su andadura,

Donde toda belleza quedó anclada...

Greco

EL VIEJO CAMPANARIO

El viejo campanario no responde
Al lánguido tañido de tus penas.
Absorta, contemplas tu pasado,
Ahíta de pecados sin condena.

La espadaña de sueños que forjaste
Mal resiste la voz de tu añoranza.
Herida por el rayo, quedó sorda,
Muda y ciega, sucumbió ante la asechanza.

Ni la alondra anidar allí ha querido,
Prefiriendo la frialdad de la llanura.
Me dan pena el campanario y la espadaña,
Les espera la noche más oscura.

Atrás quedan momentos de jolgorio,
De lúdicas y hermosas romerías.
Atrás quedan promesas incumplidas
En noches de vino y alegrías.

Recuerdas, allí fue donde juraste
Que, a nadie más, tus besos le darías.
Hoy la vieja espadaña está llorando
Porque, entonces, supo ya que me mentías.

Greco

LA DURA VUELTA

No hay derecho! apenas has marchado y ya estás, de nuevo en el tajo... Pero bueno, la vida es así y como tal, hemos de aceptarla. Comienza un nuevo curso para todos y, como no podía ser menos, también lo comienza para este blog que, día a día, va engordando en una preñez sin fin.

A veces, pienso que, seguramente, algunos de mis antigü@s lector@s se habrán cansado y aburrido de leerme, pero creo que lo verdaderamente importante para un "escribidor de versos" es no tirar la toalla y menos si no hay alguien que la recoja.

Así pues, amig@s, deseo seguir escribiendo y agradándoos. Perdonad si no lo consigo.
Un abrazo para tod@s.

VACACIONES

Querid@s amig@s, se me olvidó deciros que me quedaban unos días de vacaciones que no es cUn uestión de regalarle a la Administración, no creeis? Así pues, marcho para mi querida tierra de Cuenca y, a la vuelta, nos vemos.
abrazo para tod@s y a disfrutar!

LLORA EL JILGUERO

Está llorando el jilguero,
Su árbol, de hermosas ramas,
Yace en el suelo, talado,
Su dolor nada lo calma.

Aquellas sus suaves hojas,
Por el suelo andan holladas.
Cuántas vivencias, con ellas,
Han quedado destrozadas...

Recuerda su primer nido,
Sus estíos, sus heladas,
Pero siempre protegido
Por sus hojas delicadas.

Está llorando el jilguero,
Una mano desalmada
Ha talado su arbolito,
de forma tan despiadada.

No llores más, jilguerillo,
Ya viene la primavera.
Encontrarás lindas ramas,
No será larga tu espera...

Greco

SIN SOMBRA

El aire no tiene sombra,
El amor tampoco tiene.
Ambos son igual de libres,
Van donde les conviene.

Aire y amor andan juntos,
Con el fuego están jugando,
Sin pensar que, en sus entrañas,
El fuego se está avivando.

Tus besos no tienen sombra,
Ni tu mirada tampoco.
Sin ambos, vivir no puedo,
A un precipicio me avoco.

Aire, amor, besos, mirada,
Fuego en el que me consumo
Cuando veo que mi vida
Convertida acaba en humo.

Mi alma no tiene sombra,
Tampoco la muerte tiene.
Quizá, por ello, nos coge
Confiados, cuando viene.

Greco